Erase
una vez en un… bar, en tu casa, en el trabajo, en un viaje, en fin, cuantas
cosas pasan y seguirán pasando alrededor de un pocillo de café.
Según el momento
que sea, si estamos solos pensamos algo que nos preocupa y como lo vamos a
resolver. Si estamos con alguien hablamos y hablamos de temas políticos,
trabajo, amor, economía, autos, mejoras que quisiéramos hacer en nuestras casas,
vacaciones, o simplemente leyendo un diario, un libro.
Tantas cosas contamos y
siempre él está allí, quieto pero calentito y, entre charla y charla aspiramos
la fragancia que emana ese simple pocillo de café cuando lo levantamos y
seguimos hablando. A veces es como que lo hacemos durar un poquito más como
para que esa charla placentera no se termine rápidamente. De cuanta vida y de cuantas
cosas ese pocillo de café fue testigo. En
silencio nos acompañó y esperó a que nuestra mano lo tomara y bebiéramos de él
un sorbo, ya sea para relajarnos o para tomar coraje para la siguiente pregunta
o la siguiente respuesta. Tanto testimonio rondo a ese pocillo, y rondara con cada
nuevo día, nuevo momento o nueva historia.¿Te animas a escribir tu mejor momento junto a un pocillo de café?